POLITICA

miércoles, 1 de abril de 2009

YO NO LO VOTE


Dentro de unas horas, cuando el 1 de abril empiece a despuntar nos aprontaremos a levantarnos, encender el televisor, la radio o leer los diarios del día y presenciar una alocada batalla de posicionamientos a ver quien vende más. Será también la oportunidad de los opinadores políticos de ocasión para aprovechar la avidez de los medios y salir al ruedo con la mejor opinión, en estos días preelectorales una circunstancia así no debe ser desaprovechada. La Capital Federal será desbordada por miles de almas de hombres y mujeres paquetes y cholulos que saldrán a dar muestras de la congoja por la que atraviesan. La CGT, la misma de los 13 paros, rendirá solemnes homenajes al demócrata muerto. Los del campo, los mismos de la golpista silvatina de la Sociedad Rural harán un alto en sus nunca saciables reclamos para recordar al lider como "el padre de la democracia". Desde el gobierno, los mismos que lo acusaron de cagón por haber abandonado el barco antes de llegar al puerto, decretarán jornadas de duelo nacional en homenaje a su muerte.

Pasarán los días de oportunismo y como en la canción de Serrat, cuando el sol nos diga que llegó el finál, se retirarán todos con sus miserias a dormir.

Yo no lo voté, fuí educado con el estigma de no votar radicales y fiel a esa formación yo no lo voté. En los 25 años siguientes a su asunción como presidente presencié una alternancia de gobiernos peronistas y radicales que me hicieron reflexionar lo bién que estábamos cuando estábamos mal. Yo también me indigné con la obediencia debida y el punto final. También repudié el pacto de Olivos y la entrega anticipada del poder. La semana santa y la casa en órden. La hiperinflación, etc.

Me costó años llegar a la siguiente reflexión: ¿no habran sido todas esas medidas el máximo y necesario costo que el visionario Dr. Alfonsín se dispuso a pagar para evitar que los grupos corporativos y conspirativos de otrora y de siempre se alinearan una vez más, para también una vez más postergar la continuidad democrática?. Definitivamente creo que sí, que debemos adjudicarle a Alfonsín el justo lugar que se merece dentro de nuestra sinuosa historia.

Si hubiera tenido la oportunidad de dedicarle unas palabras antes de su muerte le habría dicho: disculpeme señor, un poco por estigma, un poco por ignorancia, yo no lo voté, pero creame que no lo volvería a hacer.


NITO ABONANTE

1 comentario:

  1. yo si lo vote, y no me arrepiento, y me volveria a cagar a trompadas con los peronistas, mil veces, fue el mas grande orador de la politica argentina, sentia la misma emoción que cuando hablaba Juan Pablo II

    Lo vamos a exrañar, aquellos que militamos dentro de sus filas....

    muy linda tu nota primo... dale padelante.-

    nos vemos en el asado...

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