"Empezaron sintiendo vergüenza por sus ropas de obreros, trataron de ponerse a tono con los despachos y antesalas ministeriales y poco a poco de representantes obreros frente al poder se convirtieron en representantes del poder frente a los obreros."
"Se enriquecieron, adquirieron hábitos y vicios incompatibles con sus cargos de dirigentes sindicales, burocratizaron sus sindicatos, los transformaron en maquinarias sin contenido, se limitaron —en el mejor de los casos— a la acción social, el tanto por ciento de aumento en cada nuevo convenio, los hoteles de turismo, las colonias de vacaciones."
"Olvidaron que los trabajadores no pueden ni deben mantenerse al margen de los problemas fundamentales de la vida nacional."
"Olvidaron que la política del gobierno contraría los intereses de la clase trabajadora."
"Toleraron los avances incesantes de los monopolios que rigen la economía del país, arruinando a las empresas nacionales, especulando con la desocupación que abarata la mano de obra, envileciendo los salarios."
"Durante años esos dirigentes se opusieron entre sí; encarnaban actitudes distintas ante los problemas nacionales, inclusive se combatieron con dureza. El tiempo ha borrado esos matices, ha gastado los ropajes ocasionales y los ha dejado desnudos; es posible ver que se parecen mucho, unos y otros. Por eso ahora, como por arte de magia, están todos juntos, enfrentados a los trabajadores."
Del Congreso normalizador de la CGT Amado Olmos, 28 de marzo de 1968
Ese congreso marcó claras diferencias entre los dirigentes colaboracionistas referenciados por Vandor, que resultando perdedores impugnaron la desición y se encolumnaron en lo que se denominó CGT Azopardo y la nueva dirigencia que se denominó CGTA (CGT de los argentinos) que eligió como Secretario General a Raimundo Ongaro.
Nacía una nueva dirigencia y una nueva expectativa para la clase trabajadora que por fin se sentía representada.
Encabezada por sus genuinos representantes , el 29 de mayo de 1969 en la ciudad de Córdoba una multitudinaria movilización obrera ganó las calles de la ciudad. La dictadura de Onganía reprimió esta manifestación asesinando al obrero Máximo Mena. La manifestación popular de ese día marcó un hito en la historia ya que una nueva dirigencia obrera se ecumbraba con un alto sostén representativo. Desde la columna de manifestantes, desde las casas y desde los balcones el pueblo arrojó todo tipo de proyectiles que puso en retirada a las fuerzas represivas quedando el pueblo a cargo de la ciudad.
Hoy a 40 años de aquel día se recuerda a dirigentes obreros como Agustín Tosco, René Salamanca, Raymundo Ongaro y otros tantos que desdibujan las figuras de los actuales representantes, como Hugo Moyano, que en su limitado discurso solo atinó a decir "El 28 votemos por este proyecto nacional y popular como el que tenemos".
Otros tiempos, otros dirigentes, otro país.
Yo también siento un poco de verguenza ajena.
Todos sentimos verguenza e impotencia ante la mafia en que ha caido el sindicalismo,una oligarquía más dañina que la que conocíamos.
ResponderEliminarMe llego la invitacion por mail y realmente lo agradezco, me gusto mucho el blog
ResponderEliminarDarle una segunda mirada a todo eso que pasa fugazmente por los medios y que a veces no es cuestionado y lo aceptamos sin mas
Saludos
Invitamos a adherir al repudio contra "DIA INTERNACIONAL DEL PEDOFILO":
ResponderEliminarhttp://liniersasinotequeremos.blogspot.com/2009/06/dia-internacional-del-pedofilo-internet.html
MUCHAS GRACIAS.
EL EQUIPO DEL BLOG
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